miércoles, 27 de marzo de 2013

Torrijas, un clásico de Semana Santa

   Pues si, ha llegado la Semana Santa y con ella el recuerdo de una ricas Torrijas (que no se porqué no hago mas que en estas fechas, y podía ser un postre o una merienda estupendo/a para cualquier fecha ;)


   Por si alguien no lo conociera, se hacen a base de empapar bien una rebanada de pan en leche (este es el básico, también se pueden bañar en vino) aderezada con azúcar y canela, y sellada, después de rebozar en huevo, friéndola para conservar lo jugoso en el interior.

   Es una delicia, un manjar de Dioses; ah, y muy sencillito de hacer...

¿Qué vamos a necesitar?
  • Lo primero y fundamental, es una barra de pan (si es especial para hacer torrijas, mejor que mejor, sino, tampoco pasa nada). Debemos cortarlo en rebanadas de entre uno y dos dedos de grosor y dejar que se ponga duro (un par de días)
  • Leche
  • Azúcar
  • Canela en polvo
  • huevos
  • y opcionalmente, una corteza de limón
   No os pongo las cantidades de cada cosa, porque hay que ir añadiendo un poco a ojo (como en cualquier receta de la abuela que se precie).


   Como decía, el mecanismo es bien sencillo, pero hay que tenerlo todo preparado y hacer el proceso en cadena. En orden inverso, montamos...
  1. Un plato grande, llano, con un par de papeles de cocina absorventes.
  2. Una sartén donde nos vayan a caber a la vez un dos de las rebanadas de pan que hemos cortado, con un par de dedos de aceite.
  3. Un plato hondo con un par de huevos batidos
  4. Otro plato hondo, pero grande, tipo bandeja con, digamos que para empezar, medio litro de leche.
   Lo primero es aderezar la leche, para lo que la pegamos un buen calentón en el microondas con la corteza de limón. Sacamos, retiramos la corteza y añadimos azúcar a gusto que movemos hasta que quede disuelto del todo. A quien le guste más dulce, pues más azúcar; a quien menos, ...; yo he puesto un par de cucharadas soperas, no colmadas. Lo probáis y si veis que os habéis pasado, pues le añadís más leche y punto. Ahora, la canela; espolvoreáis por encima hasta practicamente cubrir la leche, y removeis para integrar un poco con ella. Antes de arrancar, calentad bien el aceite de la sartén para que esté listo para freír.

   Ya estamos todos en sus marcas. ¿Listos para comenzar el proceso? Pues... Ya!!!

   Cogemos un par de rebanadas de pan y la ponemos en la leche, que seguirá caliente (o al menos, templada) de manera que entre la temperatura y que el pan está duro, conseguiremos que absorba bien el líquido. Damos la vuelta y esperamos otro poco.


   ¿Cuando están suficientemente ensopadas? cuando casi se nos desmonten al cogerlas con un par de tenedores. Si nos pasamos, se nos romperán; si nos quedamos cortos, luego estarán poco jugosas. Id forzando a ver si pueden aguantar un poco más, porque cuanto más cerca estén del límite, mas ricas nos saldrán.


   Con mucho cuidado, las pasamos al plato de los huevos para rebozarlas, por un lado y por otro, y a la sartén a freír. Tienen que estar bien doraditas por un lado antes de darlas la vuelta y dorarlas también por el otro. Una vez las veamos en su punto, retiramos sobre el plato con papel de cocina para que escurran el aceite sobrante un buen rato.


   ...y volvemos a comenzar. La primera, mejor hacedla sola y vais viendo el proceso; luego, hacedlo de dos en dos; y según le vayáis cogiendo el ritmo, podéis tener un par de ellas ensopándose en la leche, mientras acabáis de freír otras dos (y, quizás, dos más esperando sobre el huevo a que llegue su turno de sartén). De todas formas, no os estreseis, que tampoco se gana nada con las prisas.

   Según se os vaya acabando la leche, añadís más, repitiendo el proceso de aderezado de la misma. Que se os enfría, le pegais otro calentón en el micro. Que os quedais sin huevos... pues eso. Que no falte de na!!!

   Ya solo queda rematar. Para mi gusto, la mejor manera es espolvorear por encima un poco mas de azúcar y otro poco mas de canela. Y ya están listas para comer, o para guardar en un tupper.



   => Deben quedar muy blanditas, completamente mojadas por dentro cuando las cortéis, sin partes de pan seco; pero, al mismo tiempo, si están bien hechas, no deben soltar leche, debe haberse fusionado toda con el pan formando casi una crema.


   Otra forma de terminarlas es hacerles un almíbar (un caramelo ligero) para cubrirlas. A mi me resultan así demasiado dulces. Como idea: un chorrito de sirope de arce quizás les de un toque intermedio...

1 comentario:

  1. riquisimas, un clásico, yo las hice hoy de las normales y unas riquisimas a ver si las publico pero ya será fuera de fecha un besote que te aprovechenn!!

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