Para que vayáis haciéndoos a la idea, básicamente son Gelatina.
¿Qué vamos a necesitar? En primer lugar, unos moldes; no son imprescindibles, podemos simplemente verter la gelatina en un plato hondo y luego cortarla en cuadraditos o con un corta-pastas, pero yo os aconsejo que os gastéis un par de euros y os hagáis con unos moldes de silicona que vamos a poder usar...
- para esta receta,
- para sorprender en alguna fiesta con unos cubitos de hielo con formas chulas, y
- para cuando publique el post sobre bombones (mmmm) con los que aún estoy experimentando.
- Un sobre de gelatina (con azúcar) del sabor que mas os guste.
- 200 ml de agua mineral
- Dos sobres de gelatina neutra en polvo, o bien 12 laminas de gelatina (si optais por esto, luego explico cómo trabajar con ellas)
- azúcar a gusto
- aceite de girasol
Lo primero es untar los moldes con una fina capa de aceite de girasol, así podremos desmoldarlos cuando ya estén hechos. Si lo ponéis en un plato, extenderlo con un poco de papel de cocina; si vais a usar los moldes que os recomiendo, mojaros un poco la yema de un dedo y lo vais distribuyendo poco a poco, figura a figura.
Si vamos a usar la gelatina en láminas, lo primero la ponemos a remojo, en un vaso mismamente (no pasa nada por doblaslas o romperlas). Ponemos el agua a cocer en un cazo. Incorporamos el sobre de gelatina de sabor y vamos removiendo con una cuchara; es importante que se caliente, se disuelva totalmente, pero que no llegue a hervir (esto lo conseguimos simplemente con NO parar de mover con la cuchara y, además, así no se nos pegará al cazo).
Una vez integrado todo, echamos los otros dos sobres de gelatina (o escurrimos e incorporamos las laminas de gelatina que estarán ya como plastilina) y seguimos el mismo proceso: mover constantemente hasta que se disuelva por completo. Ahora llega el momento de volcarlo con cuidado sobre los moldes (si hemos optado por las láminas, es importante que lo colemos, por si ha quedado algo sin disolver, ya que sería como encontrarnos un plastico luego...) y dejarlo reposar a temperatura ambiente hasta el día siguiente. Si se os forma una capa blanquecina, podéis retirarla facilmente esperando apenas un par de minutos y posando sobre ella la parte de atrás de una cucharilla.
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Tras dejarlos reposar, desmoldamos y pasamos por agua para limpiar el exceso de aceite; dejamos secar sobre papel absorvente y, a gusto, los servimos así o los rebozamos un poco en azúcar.
Distintas opciones...
- Podemos usar gelatina sin azúcar, y añadirle el azúcar o la sacarina para endulzarlo a nuestro gusto.
- Podemos emplear, en vez de agua, lecho o zumo.
Qué buena idea para hacer un fin de semana en casa con los niños!!
ResponderEliminarHace poco colgué en mi blog una receta de bombones de chocolate rellenos de pistachos y utilicé los mismos moldes que tu para hacerlos...jejeje.
Te invito a visitar mi blog http://lacocinademonis.blogspot.com.es/, yo ya te sigo en tu blog...;-)
Muchas gracias Monika; eso si, cuidado con los niños porque al servir la gelatina en los moldes esta muy caliente.
EliminarYo tengo pendiente de publicar unos bombones rellenos con algo muy sencillo, pero de resultado espectacular; estoy haciendo cata de chocolates para recomendar, asi que aun me llevará un par de semanas (y eso que estoy zampando chocolate a una velocidad... jeje). Ya me contarás qué te parecen.
Me paso por tu cocina...