martes, 29 de enero de 2013

Croquetas al estilo casero de la abuela

   Tradicionalmente las croquetas se hacían con las sobras de la comida del día anterior (para aprovecharlas). Hoy en día, éstas se han llegado a convertir, incluso, en un plato gourmet (dependiendo, por supuesto, de los ingredientes con los que las hagamos).

   En este caso y ya que el otro día preparamos un buen Cocido Madrileño, hoy vamos a utilizar lo que nos sobró para hacer unas de las mejores croquetas hayáis podido probar; eso si, una vez que hechas las primeras, ya solo es cuestión de echarle imaginación y combinar diferentes mezclas de sabores para dar con la que más os guste a cada uno.


   Antes de empezar os diré que para mi, a pesar de ser las más tradicionales, son casi las que más me gustan (aunque unas croquetas de jamón serrano con un toque de boletus... mmmm....)
   Tenemos reservado del otro día un poco de morcillo, un contramuslo de pollo y una taza de caldo, que vamos a picar con unas tijeras lo mas fino que podamos. Esta será la base de nuestras croquetas.


   Solo nos va a hacer falta:
  • Harina. La cantidad depende de las croquetas que queramos que nos salgan finalmente (que debe ir acorde con el ingrediente principal si queremos que luego nos sepa a algo). Yo suelo poner unos 150grs
  • Leche. Vamos a poner 250ml por cada 50grs de harina. En este caso, vamos a necesitar 750ml (siempre hay que tener un poco más por si acaso), pero como vamos a echar también parte de caldo, tendremos este mezclado con la leche para irlo incorporando ya así. Tened en cuenta que no es el caldo mas los 750ml de leche, sino que el total de liquido ha de ser 750ml.
  • Un buen chorro de aceite de oliva virgen extra
  • un huevo y un poco mas de leche
  • pan rallado

   ...ya que la masa de croquetas no es otra cosa que una bechamel espesa que luego daremos forma y empanaremos.

   Comenzamos poniendo al fuego una sartén grande con el aceite de oliva. Cuando esté caliente, añadimos el ingrediente principal (en nuestro caso, el pollo y el morcillo) y rehogamos un poco. A continuación incorporamos la harina y la rehogamos unos 10 minutos, moviendo de vez en cuando con una cuchara de madera. Esto es importante, porque debemos cocinar la harina si no queremos que al final las croquetas nos sepan a harina cruda.


   Una vez ligeramente dorada la harina, debemos ir añadiendo la leche (con el caldo) poco a poco: echamos un chorro y vamos moviendo con la cuchara hasta que se vaya absorviendo. Echamos otro chorro y repetimos. Poco a poco la harina irá ligando y y cogiendo cuerpo.


   A media cocción debemos incorporar un poco de sal y pimienta si se requiere (en el caso de las de cocido, o si las hacemos de jamón serrano, no es necesario, pero si las hacéis de otra cosa, no les vendrá mal).


   Y continuamos hasta que la harina se haya integrado por completo, creando una crema suficientemente espesa con la pinta y textura que os muestro a continuación. Ah, no dejéis de remover con la cuchara en todo momento, porque sino se os pegará a la sartén...


   Ahora hay que dejar reposar la masa a temperatura ambiente, tapada con otro plato, hasta que se enfríe; aquí la meteremos en la nevera hasta el día siguiente.

   Vamos a formarlas... Preparamos:
  1. El plato con la masa de las croquetas
  2. un plato hondo con un huevo batido y un chorro de leche (esta combinación es mejor para empanar ya que se maneja mejor que si solo llevara huevo)
  3. otro plato hondo con pan rallado
  4. un plato llano, grande, para ir colocando las croquetas ya listas.

   Cogemos una cucharada grande de masa, le damos forma con las manos (la que queráis: alargada, en forma de albóndiga, o de cabeza de Mickey ;) la ponemos y embadurnamos con el huevo batido. Ahora la cogemos con un tenedor y escurrimos antes de pasar sobre el pan rallado, donde la cubrimos y retiramos el sobrante pasándola de una mano a otro. Lista!!! ya solo nos faltan 17 más ;)


   Cuando se hacen croquetas, es mejor hacer en cantidad y si no las vais a consumir, congeladlas tal cual. Al día siguiente, cuando ya estén bien duras, las quitáis del plato y las ponéis en una bolsa. Freid en abundante aceite muuuy caliente y a devorar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Web Analytics